¡Libertad para las y los presxs!
El montaje judicial a líderes y lideresas del Congreso de los Pueblos,
es otro acto deliberado de violencia del gobierno colombiano que
pretende acallar la exigencia de justicia social y la construcción de
alternativas políticas que le den salida a la violencia en la que tienen
sumergido al pueblo colombiano las elites económicas y el
paramilitarismo, estas corresponden a
las sistemáticas demostraciones de “paz” del presidente Santos como la
negación al cese bilateral al fuego con las FARC-EP, la negación de
abrir los diálogos de paz con el ELN, el impedimento a la participación
del movimiento social y popular colombiano en la negociación política
del conflicto interno, y a las cientos de políticas y leyes que todos
los días despojan de sus derechos a la población y la revictimizan.
Las compañeras y compañeros del Congreso de los Pueblos detenidos, son
jóvenes forjadores de una Colombia soberana digna y libre donde la
participación política sea una realidad, donde los derechos humanos sean
respetados y garantizados y por supuesto donde la utopía del buen vivir
sea la cotidianidad suya, nuestra y de todos y todas las colombianas
que hoy somos víctimas del machismo, la ignorancia, el desempleo, la
guerra, la exclusión, el silenciamiento, las cárceles y la pobreza. Es
por eso que desde el solitario exilio y refugio internacional mandamos
una voz de fuerza, valentía, fraternidad, compañerismo, solidaridad, y
sobre todo, mandamos un grito de lucha y perseverancia, estamos
convencidos que los enemigos de la paz que hoy nos tienen fuera de
nuestras tierras por amenazas de muerte, atentados y asesinatos, y a
ustedes hoy los mantienen en las cárceles, no son superiores a la
organización social, a la justa victoria de los y las latinoamericanas
que seguimos convencidos en construir una Colombia justa.
Las
detenciones masivas del gobierno de Juan Manuel Santos en contra del
Congreso de los Pueblos son la clara demostración de la cobardía de
construir la paz mediante la participación política de sectores
históricamente excluidos por la oligarquía, es por esto, que exigimos al
gobierno colombiano se garantice el debido proceso, la libertad
inmediata de las y los líderes sociales y cese de las acciones de
estigmatización, represión y persecución al movimiento social y
político.
El uso de la justicia para perseguir opositores es una
práctica perversa que pone en evidencia el doble rasero de la Fiscalía,
que no se mueve a investigar las amenazas de muerte contra quienes
defienden los derechos humanos, pero se muestra diligente para perseguir
a las víctimas y defensores.
Colectivo de Colombianos-as refugiados-as en Asturias “Luciano Romero Molina”
Mayerly Garzón, Gustavo Pedraza, Anabel Zúñiga, Angela Esteban, Diana Nïtola, Javier Orozco P.
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