"Sería imperdonable que un proceso de paz no atravesara la realidad de la cárcel"
En el caso de prisioneras y prisioneros políticos, que son muchos los que existen en este país, en razón del conflicto, no necesariamente esas personas son alzadas en armas, porque ahí está la gente del movimiento social que ha sido criminalizada en el país y perseguida.
Reportera FIPU
Entrevista a Liliany Obando, socióloga y exprisionera
política, feminista y constructora de paz que nos acompaña a realizar un
análisis sobre el sistema carcelario en Colombia, desde el enfoque de género,
especialmente de las personas que han sido encerradas por rebelión y demás
delitos relacionados con el conflicto armado, en otras palabras, prisioneros de
“conciencia”, incluso de personas que jamás han tomado las armas para oponerse
al Estado.
Liliany se parece mucho a Ángela Davis, y no me refiero a su
color de piel –Liliany desciende de indígenas y Ángela de los africanos– sino a
su historia, en carne propia tuvieron que enfrentar el castigo de las rejas por
pensar diferente y expresarlo.
“Ángela Davis fue
encarcelada allá por los inicios de la década de los 70. Su participación
activa en el movimiento de liberación negro, sus ideales comunistas y su apoyo
activo a los prisioneros políticos de aquella época, sobre todo los de origen
afro-estadounidense, la llevaron a experimentar en carne propia las
arbitrariedades e injusticias del sistema carcelario. Las dimensiones personal
y política de estos sucesos quedaron plasmadas en su autobiografía (Angela
Davis: An Autobiography . Nueva York: International Publishers, 1988[1974]).
Sin embargo, no fue sino hasta tiempos más recientes que sus ideas más
consolidadas en torno a las injusticias que ampara el sistema carcelario han
cobrado mayor resonancia. El mensaje de Davis es claro y categórico: las
prisiones representan un método eficiente del estado y las grandes
corporaciones capitalistas para perpetuar el racismo, el despojo material y la
criminalización de la miseria que afectan desproporcionadamente a los segmentos
más vulnerables de la sociedad".[1]
Estamos en la Universidad Nacional, el espacio que ella
eligió para la entrevista, su espacio de sueños y libertades, de un pensamiento
crítico y de construcción de ciudadanía: la academia.
Pensamos en una sección de fotos en los sitios que para ella
son emblemáticos e importantes, como la facultad de Sociología tan
estigmatizada y perseguida. Me regala un ramo de flores, y es ella quien me
invita el café.
¿Liliany, cómo se puede
vivir un proceso de paz o una ratificación de acuerdos de fin de una
confrontación armada para las personas que están en prisión?
Liliany Obando: Pues mire, el proceso de paz
obviamente es una oportunidad única para muchos espacios de las luchas
sociales, de la vida social de los conflictos que se viven en nuestro país.
Las personas privadas de la libertad no están ajenas a lo que
pueda incidir positivamente ese proceso de paz en sus vidas. En Colombia la
realidad penitenciaria y carcelaria es bastante deshumanizante, la cárcel no
cumple con los supuestos objetivos de la socialización que debe cumplir, en el
caso de las personas privadas de la libertad por circunstancias de tipo social,
de la inclusión social, de la pobreza, el hambre, de la exclusión que es lo que
sufren casi siempre las personas que encuentras tú en la cárcel.
¿La cárcel está llena
de pobres?
Liliany Obando: La cárcel está llena de gente del
pueblo y las cárceles, tal cual están pensadas y diseñadas en Colombia, siguen
modelos de tortura tipo Guantánamo. Por ejemplo, la cárcel La Tramacúa, aquí en
Valledupar, es el Guantánamo de los colombianos, por eso también estamos
haciendo una campaña fuerte por el cierre de La Tramacúa; no es posible que
haya cárceles donde se tortura gente. Nada en el sistema penitenciario y
carcelario será positivo si no va a cumplir de verdad con una labor
resocializadora.
¿Todos los presos
políticos tomaron armas?
Liliany Obando: En el caso de prisioneras y
prisioneros políticos, que son muchos los que existen en este país, en razón del
conflicto, no necesariamente esas personas son alzadas en armas, porque ahí
está la gente del movimiento social que ha sido criminalizada en el país y
perseguida. En Colombia se ha configurado el delito de opinión contra los
académicos, los estudiantes, los defensores y defensoras de derechos humanos, líderes
campesinos, afros, indígenas.
¿Cómo se acordó en La
Habana para que se incluyera a los presos políticos?
Liliany Obando: En este país, en sus tantas guerras
que ha vivido en su historia siempre ha habido procesos de amnistías e indultos
y no hay ningún proceso de paz que no termine con amnistía e indulto, porque
existen presos políticos, así lo hayan negado siempre los gobernantes y las
instituciones.
En la época de Uribe, les dio el vuelco y terminaron siendo
terroristas, lo cual no corresponde con ninguna categoría que se maneje en el
Derecho Internacional o en los Derechos Humanos dentro del conflicto
colombiano. Entonces, obviamente, en este proceso de paz se está hablando de
amnistías e indultos y afortunadamente se ha firmado ya un acuerdo que existe
en borrador, pero ya es un acuerdo pactado entre las partes y crea El Sistema Integral de Justicia, Verdad,
Reparación y No Repetición, porque se ha dicho ya que el centro son las
víctimas.
Dentro de ese sistema también está pensada una Jurisdicción Especial de Paz donde hay
una sala especial para tratar el tema de amnistías e indultos, que sólo tienen
que ver ahí con el tema de prisioneros y prisioneras políticos.
Las personas que no han cometido crímenes de guerra, ni graves
delitos de lesa humanidad, pues no están permitidos de acuerdo a la legislación
nacional de los derechos humanos, podrían ser beneficiarios de estas amnistías
e indultos, y lo importante aquí en el caso es que no solo cobijaría a las
guerrilleras y guerrilleros sino que está pensado de una manera amplia, porque
el conflicto terminó degenerando todo y por eso hay un montón de gente en las
cárceles que no ha sido alzada en armas, pero son presas, presos políticos.
La salida también sería para ellas y ellos: los líderes
campesinos que en el marco de una protesta campesina terminaron en la cárcel,
también serían beneficiarios de las amnistías, esos muchachos estudiantes que
fueron también vinculados y criminalizados por la protesta estudiantil, que también
sean amnistiados, y eso no implica que ellos se reconozcan como miembros de
fuerza insurgente; que eso es lo que a veces la gente no lo tiene claro y
piensa que eso significa un reconocimiento automático, no. Lo que pasa es que,
pues, en el marco del proceso se han tenido en cuenta esas complejidades y han
querido tener como la amplitud.
Creo que más que generosidad es un acto de reconocimiento, que
a lo largo el conflicto hizo que haya mucha gente en la cárcel y que lo justo
es que la gente que está por esas razones sea beneficiaria de una amplia
amnistía. Yo creo que es una oportunidad única y que los líderes sociales no
piensen “yo no salgo por amnistía porque eso significa que me asimilo a la
insurgencia”, sería un error porque sería quedarse usted en la cárcel y esa
oportunidad cuándo vuelve a pasar en este país.
Veremos que esta vez las colombianas y colombianos tengamos
buen cierre del conflicto y no estemos dejando puertas abiertas para futuros
enfrentamientos armados. Ya sabemos que es lo que trae para el país, entonces
yo creo que el proceso de paz si tiene un efecto positivo en la población
carcelaria.
¿Cómo te piensas cuando
se firmen los acuerdos?, ¿cuándo se ratifiquen, cómo piensas seguir trabajando?
Liliany Obando: Yo pienso que ojalá lleguemos
prontamente a la firma del proceso de paz con las FARC, pero que también se dé
con las otras guerrillas que faltan. También estoy consciente de que una cosa
es la firma de un acuerdo y otra es la paz en sí, y que tenemos que construirla
entre todas y todos, creo que ahí vamos a jugar un papel todas las personas que
estamos interesadas en que éste sea un país con justicia social.
Una frase: "Sería imperdonable que un proceso de paz no atravesara la realidad de la cárcel".
Una frase: "Sería imperdonable que un proceso de paz no atravesara la realidad de la cárcel".
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