CUANDO LA TRANSICIÓN DE LA LUCHA ARMADA A LA CIVILIDAD ES
ANTE TODO EL REPOSICIONAMIENTO Y LA VIGENCIA DE LAS IDEAS Y METAS
REVOLUCIONARIAS.
La militancia del Colectivo de Presos Políticos de Guerra
de las FARC-EP en La Picota, Columna Domingo Biohó, su Dirección y
cuerpo de mandos saludamos a todos y todas las delegadas, invitados e
invitadas nacionales e internacionales, a los representantes de los
países garantes y acompañantes del proceso de paz, así como a los y las
periodistas acreditadas; asistentes todos y todas a la X Conferencia
Nacional Guerrillera de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia,
Ejército del Pueblo, que además de ser nuestra máxima instancia
democrática de decisión y conducción interna, constituye en este
momento histórico de la nación entera un acontecimiento político de la
mayor significación, tanto por corresponderle la tarea de la
refrendación del Acuerdo Final de Paz de La Habana, Cuba, por parte de
toda la militancia guerrillera, miliciana bolivariana, del Partido
Comunista Clandestino Colombiano, del Movimiento Bolivariano y bases de
apoyo a lo largo y ancho del país. Como también por tener la tarea de
ajustar el Programa revolucionario a los tiempos de acción y
movilización política en los marcos de la Ley y de la civilidad que se
avienen, y su consecuente reajuste organizativo para retornar desde la
estructura de ejército insurgente a la de movimiento político legal.
Saludo extensivo a todos y todas las colombianas, sus partidos políticos, organizaciones sociales y movimientos juveniles, estudiantiles, cívicos, populares y comunales; sindicales, campesinos, agrarios, gremiales, étnicos, de género y diversidad sexual e identitaria; ambientalistas, ecologistas, animalistas, solidarias, defensoras de los DDHH y de Víctimas; y en fin, a todas las expresiones organizativas, de reivindicación y de lucha que sin duda convergen mayoritariamente en torno al anhelo, la decisión y la voluntad de construir colectiva y mancomunadamente una Nueva Colombia en Paz con justicia social en torno al cumplimiento y la implementación de los Acuerdos de Paz de La Habana, como vía para superar más de medio siglo de guerra fratricida, sufrimiento y dolor.
De allí que debamos expresar aquí nuestro reconocimiento
especial a todos y todas las integrantes de la Delegación de Paz de las
FARC-EP en la Mesa de Diálogos de La Habana, Cuba, por la extraordinaria
y trascendental labor que llevaron a cabo con la mayor disciplina,
responsabilidad, voluntad de hierro, firmeza política e ideológica a
toda prueba, lealtad a los intereses de los humildes y desposeídos de
Colombia, lealtad a la memoria de todos y todas las mártires civiles del
movimiento social caídos durante décadas de guerra sucia, y a todos los
héroes y todas las heroínas de la insurgencia caídas durante la larga
confrontación militar; la grandeza de la tarea que cumplieron en estos
casi cuatro años de Conversaciones y Acuerdos así como el parte de
victoria que alcanzaron trayéndonos a buen puerto, nos deja la
tranquilidad y la satisfacción de saber que el sacrificio de todas y
todos ellos no fue en vano, y que por el contrario su aporte se
cristaliza hoy en el nacimiento de un escenario cualitativamente
distinto para el avance de las luchas populares.
La X Conferencia Nacional Guerrillera de las FARC-EP es pues, junto al recientemente concluido proceso de Diálogos de Paz en la Mesa de Conversaciones de La Habana, y junto al próximo encuentro de ciudadanas y ciudadanos que de seguro asistirán en torrentes a las urnas para votar el Acuerdo final; una de las piedras angulares de la era en que dirimiremos nuestros conflictos de manera racional, pacífica, dialogada, concertada; dejando atrás los tiempos aciagos de la violencia política y del terror como forma predominante del ejercicio del poder y defensa del estatus quo.
Particularmente, para todas y todos los combatientes
insurgentes que hicimos frente al fragor de la guerra cubriendo un
puesto en la línea de fuego, donde vimos caer muertos, heridos y
mutilados a nuestras y nuestros camaradas, o que caímos en manos
enemigas resistiendo y sobreviviendo a las penalidades de la prisión
política y que hicimos de la cárcel otra trinchera de lucha contra el
sistema; que resistimos años de dura confrontación militar con un
oponente superior en número y recursos, con apoyo y asesoría extranjera,
preparado como ningún otro y fogueado por décadas en la batalla contra
un ejército de revolucionario heroico y valiente, disciplinado y
consciente como el que compusimos los pobres y humildes de Colombia. En
fin, para todas y todos los combatientes de las FARC-EP, hijas e hijos
de Jacobo, Manuel y el pequeño pero gigantesco contingente de
Marquetalianos, esta Conferencia representa un punto de quiebre
histórico tal vez equiparable al que tuvo la Primera Conferencia
fundacional, con la cual se transitó en 1964 del movimiento agrario al
movimiento alzado en armas, pero esta vez, luego de 52 largos y penosos
años, para volver a los cauces de la acción civilizada y pacífica como
formas únicas y fundamentales de lucha y transformación política de
nuestras realidades.
Punto que marca un giro histórico trascendental para las
bases que siempre nos apoyaron y para las amplísimas franjas de la
sociedad que creyeron y confiaron sus esperanzas en nosotros, en nuestra
organización, sus hombres y mujeres, en sus armas, su programa político
y plan estratégico, en la grandeza de su Dirección y en las destrezas
de líder del Gran Mariscal de la Guerra de Guerrillas, nuestro inmortal
Manuel Marulanda Vélez. Y sobre todo para los miles y miles de personas
que llevaron sobre sus espaldas la tragedia y el horror de la miseria,
la pobreza, el despojo y la explotación de las que se alimentó sin
cesar el conflicto, para beneficio de unas élites nacionales y
extranjeras que llenaron sin escrúpulos sus arcas.
Para todas y todos ellos éste proceso de diálogos y este
Acuerdo Final, así como lo que definamos en ésta Conferencia, era un
sueño y más aún una necesidad estratégica porque la cuota más grande de
sangre y sufrimiento la pagamos todas y todos nosotros con creces. Por
ello la transición de la lucha armada a la civilidad es ante todo el
reposicionamiento y la vigencia de las ideas y metas revolucionarias que
abraza el pueblo colombiano para su propio resarcimiento y
dignificación.
Las Banderas de la Paz son las del que hacer de un pueblo
rebelde, insumiso, insurgente, trabajador, abnegado, indoblegable e
incansable dispuesto a organizarse y movilizarse por la construcción,
reconciliación y transformación profunda de su historia y de su forma de
vida con base en la justicia social, la democracia ampliada y la
derrota civil de los señores de la guerra que aún hoy amenazan con dar
al traste este momento de amplísimo clamor nacional exigiendo el
silencio de los fusiles.
Desde la prisión, los militantes de la Columna Domingo
Biohó en nombre de las y los presos políticos del país, y de las y los
presos de toda índole en Colombia que soportan la crisis social y
humanitaria del sistema carcelario colombiano, celebramos su presencia
en la X Conferencia Nacional Guerrillera y confiamos en que estarán a la
altura de las responsabilidades con el presente y futuro del pueblo
colombiano que su participación en semejante espacio conlleva.
Finalmente, confiamos en que nuestras y nuestros delegados
de las prisioneras y prisioneros políticos sabrán representarnos bien y
llevar el sentir y las voces de quienes hemos aportado nuestro grano de
arena a la lucha y la resistencia popular desde las reclusiones,
cárceles y penitenciarías del país, e incluso desde las prisiones en el
extranjero que como Sonia y Simón Trinidad, dan las más heroicas
muestras de firmeza ante el imperio.
COLECTIVO DE DE PRESOS POLÍTICOS DE GUERRA DE LAS FARC-EP EN EL PATIO 4º DE LA PICOTA.
COLUMNA DOMINGO BIOHÓ.
BOGOTÁ, D.C.
016.
COLUMNA DOMINGO BIOHÓ.
BOGOTÁ, D.C.
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