viernes, 28 de abril de 2017

El delito: ser parientes de un comandante guerrillero

La mamá y la hermana de ‘Pablo Catatumbo’ relatan la estigmatización y exilio que han padecido.
Nancy Torres Victoria
Nancy Torres Victoria (izq.), hermana de ‘Pablo Catatumbo’, y Mariela Victoria, la madre, quien tiene 91 años, cuentan su historia a EL TIEMPO desde Costa Rica.
Foto: 
Cedida por la familia
27 de abril 2017 , 09:10 a.m.
Aunque las fechas se le pierden en las nebulosas de su edad, a los 91 años, doña Mariela Victoria, la mamá de Jorge Torres Victoria, conocido como ‘Pablo Catatumbo’ –el negociador de las Farc en Cuba–, tiene todavía fresco en la mente el primer allanamiento de su domicilio.
Hacia las nueve de la noche, cinco camiones llenos de soldados rodearon su casa en el barrio Municipal de Cali y tocaron la puerta con la fuerza del que no dudaría en tumbarla. Abrió exaltada y le dijeron que se quedara quieta. Ella cree que fue como en 1978, en plena vigencia del Estatuto de Seguridad de Julio César Turbay. Para ese momento, debía tener unos 53 años. “Creían que teníamos a Jorge ahí”, recuerda.

Voltearon los colchones y husmearon cada centímetro, abrieron cuanto cajón había y tiraron la ropa al piso; por último, recorrieron el techo palmo a palmo. 

Separaron a las hijas que estaban presentes, al segundo esposo de Mariela y a todo el que llegara, encerrándolos en los cuartos. 

“Nosotras cuidábamos a una niña de 3 meses de un amigo que era separado, y hasta los pañales los revisaron. Yo no más los veía sin reaccionar”, dice Mariela. 
Hacia las cinco de la mañana se llevaron a Nancy y Nubia, dos de las hermanas de ‘Catatumbo’, sin que su mamá se atreviera a preguntar por qué. “No hablaba porque de política y de esas cosas yo no sabía nada”. 

La primera de ellas relata que a los 17 años conoció el frío y el temor que produce el calabozo de una guarnición militar. Pasó tres noches completas dando explicaciones de lo que hacía y no hacía su familia. 

“Como a los tres meses volvieron, y yo soy tan inocente que como a las seis de la mañana les dije: ‘¿Les provoca un cafecito? Qué vergüenza que no tengo pan, pero hay galletas’ ”, relata Mariela, sin reírse de lo tragicómico del comentario y del hecho de que los uniformados le hubieran aceptado el ofrecimiento. 

Luego vinieron los demás registros y las noches se tornaron intranquilas, mientras que el tormento diurno era aguantar el cuchicheo y las malas caras de los vecinos. “Nos daba vergüenza salir a la calle”, apunta Mariela.

Desde su casa en Costa Rica, ella y Nancy accedieron a hablar con EL TIEMPO acerca de la persecución que han padecido por ser de la misma sangre de un guerrillero –en este caso de dos–, si bien la ley dice que la responsabilidad penal es individual.
El primer duelo
“Mi padecimiento empieza desde que se fue el primero”, dice Mariela, refiriéndose a Ernesto, mayor que Jorge. Asegura que eran niños bien criados, pero muy temprano les faltó su papá, que era fotógrafo de la Kodak, en un accidente fatal en la vía que va de Roldanillo a Buga, y ella se quedó sola con diez hijos, sin una fórmula de sustento para todos ellos.

“A Ernesto lo metimos a estudiar en el nocturno de Santa Librada, que era muy revolucionario; se mantenían en marchas y protestas. Empezó a leer libros de Marx y a irse a donde sus amigos. Yo sí le reclamaba mucho porque llegaba tarde”. Según Mariela, estaba muy amargado porque no encontraba trabajo y un día le dijo que se iba para Orito (Putumayo) a ver qué hacía; que en dos meses regresaba. 

Al año tal vez, a la edad de 17 años, probablemente –el registro no es muy exacto–, Jorge tomó un camino similar. No se llevó ni la ropa. Tenía una novia y ella le decía a doña Mariela que él se demoraba, pero que iba a regresar; hasta el día en que ella tampoco volvió. 

“Una vecina me dijo: ‘Es que sus hijos se fueron para la guerrilla’, pero yo no sabía nada de política; no entendí ni a qué se iban ni qué eran las Farc”. 
Doña Mariela cree recordar que en el año 1986 le dijeron que Ernesto había muerto en un accidente y, al parecer, ya le había hecho el duelo.

Unos años después, se alegró porque Jorge reapareció, pero se esfumó a los pocos días con el mismo secretismo que lo hizo la primera vez.
Janeth Torres
Janeth Torres Victoria fue secuestrada en 1996 por los paramilityares de la llamada Casa Castaño. Su cuerpo apareció en el 2008.
Foto: 
Archivo histórico EL TIEMPO
Estrategia del avestruz
“Nosotros nunca los nombrábamos ni lo comentábamos con nadie”, coinciden en anotar doña Mariela y Nancy. Pero la estrategia del avestruz se hizo más insostenible cuando el retrato de Jorge, bajo el nombre de ‘Pablo Catatumbo’, comenzó a hacerse famoso porque aparecía con carteles de ‘se busca’. 

Las noticias lo presentaban como ideólogo y comandante militar de las Farc en golpes contra la Fuerza Pública y enfrentamientos con narcotraficantes. El 22 de octubre de 1992 fue secuestrada Amparo Torres Victoria. Estuvo cuatro meses cautiva, aparentemente por el cartel de Cali, para presionar la liberación de Cristina Santacruz Londoño –hermana de ‘Chepe’ Santacruz–, quien fue retenida por el sexto frente de las Farc. 

“Como ella era activista de la UP y presidenta del sindicato Usaca (Universidad Santiago de Cali), pensamos que había sido por eso”, dice Nancy.

Casi cuatro años después, los paramilitares secuestraron a Janeth, la menor, que entonces tenía 33 años, en una acción contra allegados de los jefes de la guerrilla, con lo que presuntamente buscaban darles una dosis de su propia medicina. 

En la expresión de Nancy, al referirse al tema, se advierten dudas acerca de qué le sigue doliendo más a la familia: el sufrimiento de su hermana durante el cautiverio, el que haya permanecido durante varios años como NN –'don Berna' reveló dónde estaba enterrada en el 2008– o las versiones de que se habría convertido en amante de Carlos Castaño, algo que tanto ella como sus otros hermanos (incluido ‘Pablo Catatumbo’) niegan con vehemencia.

“Después de la desaparición, estuvimos diez años sin hablar de ella, porque todos nos sentíamos culpables por lo que hicimos o no hicimos. En las familias donde hemos tenido que estar guardando tantos secretos no se habla mucho”, añade. Nancy confiesa que incluso una hermana pagó espiritistas para que le ayudaran a ubicar el cuerpo.
Pablo Catatumbo
'Pablo Catatumbo', integrante de la mesa de negociaciones de las Farc en La Habana y comandante del bloque occidental de esa guerrilla. Su nombre real es Jorge Torres Victoria.
Foto: 
Ernesto Mastrascusa / Efe
Esquivando 'culebras'
Ya para ese momento Nancy era madre y andaba como peregrina, durmiendo a diario en un sitio diferente con su niño y su niña, con el fin de esquivar a los múltiples enemigos que ‘Catatumbo’ había acumulado.

Una noche de noviembre de 1997, un comando del grupo paramilitar Colsingue (Colombia sin Guerrilla) entró a fuego abierto a la urbanización de Tenjo (Cundinamarca) donde vivía su hermana Betty. En la arremetida murió un menor de 17 años que hacía las veces de vigilante. 

Nancy le atribuye el episodio a las declaraciones que un mes atrás había dado el director del DAS, Luis Enrique Montenegro, vinculando el complejo con presuntos testaferros de las Farc. Fue también el campanazo para que los Torres Victoria optaran por el exilio.

Con todo y el historial que lleva atrás, doña Mariela y Nancy presentan el destierro como lo peor que les ha pasado.
En la actualidad, Nancy detenta un doctorado y es profesora universitaria en San José, donde reside con sus hijos y el de Janeth. Cerca vive su mamá y en la misma ciudad están dos hermanas. Tres hermanos más, con once sobrinos, están dispersos por otros países.

No se quejan de la acogida que les han brindado; sin embargo, sí de la soledad y el desarraigo. “Tener que estar enfermo – se lamenta Nancy– y sin saber quién te va a cuidar. Además, mi mamá ni siquiera conoce a los nietos ni ellos se conocen entre sí. El exilio ha afectado mucho el crecimiento de nuestros hijos y la tristeza se ha instalado en todos”.

Fuera de todo, la familia ha sido seguida por señalamientos que han tildado a varios de sus integrantes como testaferros de una supuesta red financiera de las Farc, acusación de la que se declaran inocentes. Tampoco ha habido ninguna condena penal.

“Hemos sido víctimas del Estado, todo mundo nos ha ‘manoseado’, incluyendo los medios de comunicación”, dice Nancy.

A pesar de todo lo que le ha tocado pasar, es enfática en que no le reprocha nada a su hermano, y en cambio destaca el poder de sus convicciones y las expresiones de ternura en las dos ocasiones que fue a verlo con su madre a La Habana, gracias a los diálogos de paz. Llevaban casi medio siglo sin verse, pues cuando él se enmontó por primera vez, ella tenía escasos 8 años.

Al preguntarles si volverían a Colombia habiéndose firmado el acuerdo entre las Farc y el Gobierno, Nancy se inclina más por el no; curiosamente, su madre sí lo contempla porque aún se siente extraña en Costa Rica y echa de menos su patria. 

Sin embargo, ha perdido algo de motivación porque no solo vendió la vivienda que poseía en el Valle, sino que amigos y allegados han fallecido sin que siquiera pudieran asistir al entierro. Con los demás conocidos ha perdido contacto por razones de seguridad.

NÉSTOR ALONSO LÓPEZ
EL TIEMPO

Alarma por asesinatos de familiares de miembros de las Farc

Tomado de diario EL TIEMPO
Esa guerrilla denunció las muertes de cinco allegados en Antioquia y Chocó.
Alias Renol
Alias Renol (de rojo), miembro del 'clan del Golfo' y quien asesinó al guerrillero Luis Alberto Ortiz, fue capturado este miércoles en Tumaco.
Foto: 
Dijín
27 de abril 2017 , 08:55 a.m.
El lunes, cuando habían transcurrido solo ocho días del asesinato en Tumaco (Nariño) de un guerrillero de las Farc recién indultado, la familia de otro integrante de este grupo en tránsito a la vida civil, también beneficiado con el indulto, fue atacada en Tarazá (Antioquia).
Tres familiares del guerrillero, conocido en las Farc como Carlos y quien se encuentra en la zona de desarme de Remedios (nordeste antioqueño), murieron durante el ataque. 

Entre los muertos, de acuerdo con las denuncias de los jefes guerrilleros de la zona veredal de Remedios, hubo una menor de 14 años.

La denuncia fue hecha el martes en la noche ante el Mecanismo de Monitoreo y Verificación del cese del fuego, integrado por la ONU, el Gobierno y las Farc.

Según el relato que hicieron los jefes guerrilleros a los verificadores, la tragedia en Tarazá ocurrió alrededor de las 8:30 p. m. del lunes. Hacia la 1 a. m., desconocidos intentaron matar al resto de la familia de Carlos, incluida su madre, pero no pudieron tumbar la puerta del lugar donde permanecían los allegados del guerrillero.
Hay un asedio paramilitar que asesina y persigue a familiares de combatientes

En la zona veredal de Remedios donde está Carlos, una de las tres de Antioquia, hay un poco más de 200 hombres de los frentes 4, 24, 34 y de la compañía Raúl Eduardo Mahecha. 

Carlos está desesperado ante esta situación y plantea irse a recoger a la familia”, informaron por escrito los jefes guerrilleros. 

El secretariado de las Farc había prendido las alertas tras los asesinatos del guerrillero en Tumaco y de los hermanos de Róbinson Victoria, uno de sus integrantes que se encuentra detenido en la Cárcel de Chiquinquirá. 

Los hermanos del guerrillero, Dalmiro y Anselmo Cárdenas Victoria, fueron baleados el 16 de abril en la vereda Pichimá del Litoral San Juan, en Chocó. 

Este miércoles, la alarma creció entre los jefes de las Farc y las autoridades. El jefe guerrillero Carlos Antonio Lozada afirma que “hay un asedio paramilitar que asesina y persigue a familiares de combatientes”.

A las denuncias sobre persecución a familiares de guerrilleros en Antioquia y en Chocó, se suma el asesinato de José Yatacué, un miliciano de las Farc en Toribío, Cauca. El martes, hacia las 8 p. m., encapuchados le dispararon.

El fiscal general, Néstor Humberto Martínez, confirmó el crimen y dijo que el caso ya está siendo investigado por fiscales y peritos del Cauca.
Este miércoles, precisamente, fue capturado alias Renol, el cabecilla del 'clan del Golfo' señalado de matar al guerrillero Ortiz Cabezas en Tumaco (ver nota anexa).

Desde Riohacha, el vicepresidente, general (r) Óscar Naranjo, quien ha rechazado que se trate de un plan sistemático en contra de las Farc y quien tiene entre sus tareas el trabajo para garantizar la seguridad de los miembros de esta organización, dijo que el Gobierno “no permitirá que esos hechos (de violencia) se vuelvan una constante. 
“Estamos comprometidos a fondo para establecer responsabilidades individuales”, añadió.
Fiscalía pide que milicianos vayan a las zonas de desarme
El fiscal general, Néstor Humberto Martínez, advirtió que por la seguridad física y jurídica de los milicianos de las Farc, ellos también tendrían que ir a las zonas veredales de concentración.

“Se debe establecer cuál va a ser su situación frente a la justicia, ese es un tema que lamentablemente no se está resolviendo actualmente en el proceso de paz”, dijo Martínez, tras señalar que esas preocupaciones ya fueron expresadas al Alto Comisionado para la Paz y otros funcionarios del Gobierno Nacional.

Sostuvo que en el proceso de consolidación de los acuerdos de paz con la guerrilla se requieren “decisiones de política concertada entre las Farc y el Gobierno”, para aclarar la situación de las personas que hicieron parte de las milicias y que se acogieron a las negociaciones de La Habana (Cuba).

El fiscal Martínez señaló que la Fiscalía tiene la decisión de garantizar la seguridad de los exguerrilleros y de judicializar a las personas que amenacen o atenten contra los antiguos combatientes.

REDACCIÓN PAZ

"Desmonte de doctrina de Seguridad Nal golpeando a paramilitarismo, reclama Romaña desde el sur"


martes, 25 de abril de 2017

Llegan los primeros presos políticos de las FARC-EP liberados a Zona Veredal de Mesetas, Meta.

Publicado el 25 abr. 2017 por NC-Nueva Colmbia

Llegan los primeros 23 presos políticos de las FARC-EP liberados beneficiados por el tratamiento de la Jurisdicción Especial para la Paz a la Zona Veredal Mariana Páez en Mesetas, Meta quienes se ubicarán en el campamento adecuado para ellos.



'Le dijimos al país que vamos a cumplir y lo estamos haciendo'

El jefe guerrillero ‘Pastor Alape’ se refirió a la entrega de armas y al desminado humanitario.
Pastor Álape
Félix Antonio Muñoz, alias Pastor Alape, habla sobre las afirmaciones de Odebrecht.
Foto: 
Archivo EL TIEMPO
 
25 de abril 2017 , 11:25 a.m.
Félix Antonio Muñoz Lascarro, conocido como Pastor Alape, es uno de las cabezas más visibles de las Farc. En entrevista con EL TIEMPO se mostró complacido con los avances que ha tenido hasta ahora la implementación de los acuerdos de paz, aunque con algunos reparos en el tema de las amnistías. 

Dijo que espera que el desminado humanitario comience en el mes de junio. Se refirió también a la entrega de armas y al ánimo de las Farc en las zonas veredales.
¿En qué va el programa del desminado humanitario que está contenido en los acuerdos de paz?
Ya se inició un proceso de inmersión y de capacitación con la Dirección para la Acción Integral contra Minas Antipersonal (Daicma), para la primera etapa que es explicar en el colectivo de las Farc todas las fases que implica el trabajo del desminado y lo que tiene que ver con la estructura del grupo del desminado que estamos organizando. Ya fueron capacitadas las primeras diez primeras personas que ahora salen a promocionar y a multiplicar esa primera parte del conocimiento en las zonas veredales y en los puntos transitorios de normalización y la capacitación que van a hacer allá es enseñarle a la gente que es en concreto las misiones del desminado y van clasificando al personal que va a participar de la segunda capacitación. Todo esto va dirigido a poder definir el número o el otro equipo de personas que entraría a las otras capacitaciones.

¿En dónde va a iniciar el proceso de limpieza de territorios minados y en cuánto tiempo cree que inicie esa tarea?
Partimos de 11 veredas que hacen parte del esfuerzo conjunto de sustitución de cultivos de uso ilícito y en ese marco se iniciaría este despeje de estos territorios. Esperamos iniciar si es posible a finales de mayo y principios de junio el desminado junto con ATM en el municipio de Briceño en el marco de continuar el proyecto piloto, ya no como piloto, sino como implementación del proceso que se inició en el orejón. La disposición es de todos, nuestro compromiso está incluso por encima de incumplimientos del Gobierno, las Farc van cumpliendo, y todo depende de los recursos que se van recogiendo y de igual manera de que el Gobierno permita con prontitud la movilidad del personal que se requiere para las etapas de entrenamiento.

¿Las personas de las Farc que van a participar en este proyecto son las mismas que en su momento se dedicaban a la elaboración y siembre de minas?
No necesariamente se necesitan ese perfil, lo que se requiere es el compromiso y la intención de participar en esa actividad como parte de los actos de paz que se tienen que hacer en todo el territorio nacional. Por supuesto que muchos de los integrantes que van a participar han estado vinculados a las actividades que tuvieron que ver con esa parte del uso de ese tipo de armamento, otros no van a participar porque sencillamente no tienen interés en ese sentido, eran las condiciones de la guerra las que los obligó a tener que usar ese tipo de armamento, pero ellos participarán en la parte que tiene que ver con la información para la ubicación de esos terrenos que están contaminados. Además el proceso implica otras etapas, están los procesos no técnicos que no necesariamente va a ser limpieza, todo lo que tiene que ver con actividades de educación en el riesgo y están los que trabajan en operaciones concretas de la descontaminación del territorio.

¿Cuántos guerrilleros van a participar de este proceso?
Nosotros hemos hecho un balance y decimos que para poder cumplir metas con prontitud y generar un ambiente de reconciliación de los territorios a la par que vamos desmontando se requiere de unos tiempos para que la gente vea que la paz es palpable, es tangible, abrazable y para eso iniciaremos con unos mil pero creemos que se van a necesitar unas 1.500 personas.

¿Qué significa para las Farc la tarea de desminar los territorios?
Significa que el conflicto social se va también desminando. Desminar los territorios es también desminar corazones. La disposición nuestra es trabajar absolutamente con todas las organizaciones del desminado en Colombia, las Farc no piensan monopolizar porque dispongan de información de esa tarea de paz. Consideran las Farc que ese es un punto de reconciliación con los participantes de esas otras organizaciones, usted sabe que hay organizaciones de expolicias, de igual manera vamos a participar en actividades con la brigada de desminado humanitario, ya hicimos la primera actividad en el Orejón y creemos que estos son actos de reconciliación que tienen que darse en el territorio para poder apagar los odios y poder construir realmente paz en Colombia.

¿Cuál es su percepción de las negociaciones que se adelantan con la guerrilla del Eln?
Yo pude hablar con Pablo, pude hablar con otros compañeros allá en Quito, fue muy rápido pero yo si les vi en la mirada que tienen compromiso de paz. El problema es que están todavía en este debate de construcción del acuerdo en medio del conflicto y eso es muy complicado. Yo creo que aquí hay que buscarle fórmulas, pero también creo que los compañeros del Eln tienen una visión clara de que la paz hay que construirla en este momento en Colombia.

¿Cómo está la gente en las zonas veredales, cuál es el ánimo que se percibe?
El ánimo de nuestra gente es de sacrificio total, nosotros el mensaje que recibimos de los guerrilleros es que fueron 50 años en la adversidad, construyendo este proyecto por encima de adversidades y pues hoy la paz también la vamos a hacer superando adversidades por encima de las incapacidades del Gobierno.
El gerente de las zonas, el doctor Carlos Córdoba en estos días va a presentar ya 10 zonas, no sé de donde las irá a sacar, pero bueno, esperemos. Yo siempre he sido optimista, de pronto tenga un truco y las presenten y eso habría que aplaudirlo.

¿Y la entrega de armas?

El proceso de dejación va bien, es decir, nosotros estamos cumpliendo los pasos, de igual manera llegamos a las zonas sin que hubiera ninguna infraestructura, llegamos y comenzamos el proceso de dejación sin que se hubieran cumplido los otros aspectos. Nosotros le dijimos al país que vamos a cumplir y estamos cumpliendo, el país no tiene que tener ninguna duda en este sentido. Estamos seguros de que la ciudadanía nos va a acompañar en este gran esfuerzo y en este reto histórico que tiene Colombia.

¿Ha podido hablar con los guerrilleros que están en las cárceles, como están ellos?
Están en un desespero total porque ven una incoherencia muy grande de amnistías e indultos y este es el momento en que no ha salido el número que se acordó. De igual manera está el caso de nuestro compañero Nader que salió a tratamiento y fue capturado con objetivo de extradición, lo regresaron a la cárcel de Itagüí y este es el momento que no ha salido de la cárcel. Esos son, desde nuestra lectura, los obstáculos que se le están poniendo a este proceso porque sabemos que hay mucha gente apuntándole a que los guerrilleros y las guerrilleras se sientan desanimados y opten por otras rutas, por fortuna hay cohesión.

El jefe de una disidencia, alias Mojoso, fue acogido nuevamente en las Farc, ¿Cómo está ese tema de las disidencias?
Ese es un caso que se dio. Nuestro esfuerzo es que el camino de la paz hay que seguirlo despejando, ahí estamos y usted sabe que estos son temas que implican un manejo muy cuidadoso, frente a eso creo que no es bueno hablar hasta que no se den los hechos porque ya se trata de temas complejos porque podrían generar desconfianza, pero nuestra posición y el mensaje que estamos es que este es el camino y no nos pongamos a generar otras condiciones, eso es imposible y no se dejen enredar por promesas que no son creíbles porque eso termina en otro escenario. Hay que superar sobretodo intereses retrógrados de grandes sectores que esperan que se mantengan esas disidencias. 

KAREN DENNIS BOHÓRQUEZ CONTRERAS
karboh@eltiempo.com
Twitter: @kbohorquezc
Redactora Justicia