lunes, 14 de marzo de 2016

EL PAPEL DE LA MUJER EN LA TRANSFORMACION DE LA SOCIEDAD.

EL PASADO 10 DE MARZO EN LA CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES , ARGENTINA , SE REALIZO UNA CHARLA SOBRE EL PAPEL DE LA MUJER EN LA TRANSFORMACION DE LA SOCIEDAD EN EL MARCO DEL DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER TRABAJADORA.

CONVOCARON AL EVENTO EL MOVADEF (DE PERU ), EL PARTIDO GUEVARISTA DE ARGENTINA, EL MOVIMIENTO TERESA RODRIGUEZ 12 DE ABRIL Y CONVOCATORIA PARA LA LIBERACION NACIONAL Y SOCIAL. DICHO EVENTO SE REALIZO EN EL SINDICATO DE FARMACIA QUE ESTUVO COLMADO DE COMPAÑEROS Y COMPAÑERAS .

SE RECIBIERON SALUDOS DE DISTINTAS PERSONALIDAES Y ORGANIZACIONES , PRESAS POLITICAS DEL PARTIDO COMUNISTA DEL PERU , DEL EPP DE PARAGUAY Y NOS MANDO UN VIDEO LA CAMARADA LILIANY OBANDO EX PRISIONERA POLITICA COLOMBIANA Y MIEMBRO DE LA RED INTERNACIONAL DE SOLIDARIDAD CON LAS PRISIONERAS Y PRISIONROS POLITICOS COLOMBIANOS , RED INSPP.

TODAS LAS COMPAÑERAS REALIZARON SUS DISTINTAS INTERVENCIONES , COMPARTIMOS AQUI LA INTERVENCION DE LA CAMARADA LILIANA DEL PARTIDO GUEVARISTA  DE ARGENTINA.

miércoles, 9 de marzo de 2016

El feminismo anticarcelario de Liliany Obando

“Muchas mujeres feministas ni siquiera se han dado a la tarea de mirar a ese grupo poblacional de mujeres en cárceles”.

Claudia Quintero


“Pensando más allá de los prisioneros y prisioneras políticos,  existe otra población carcelaria, que muchos de ellos son víctimas de la exclusión y la pobreza. Pero especialmente a mí me parecería que sería muy justo, que se mire hacia las mujeres madres cabeza de familia que están en las cárceles, yo creo que un 90% son madres cabezas de familia. Creo que la implicación tan grave para un estado y para una sociedad que mete a sus mujeres a las cárceles,  pero además las mete con sus hijos. Porque no es lo mismo que un hombre este privado de la libertad y que una mujer este privada de la libertad y que además ella sea quien vela por la seguridad económica y afectiva de su descendencia y entonces eso tiene una implicación gravísima, es que las mujeres seguimos siendo invisibles y más las mujeres privadas de la libertad", asegura Liliany Obando.
Ella es una detenida política, profesora y escritora, graduada de sociología de la Universidad Nacional.
Liliany Obando ha movilizado una especie de feminismo anti-carcelario en Colombia, defendiendo no solo a presos políticos, de cualquier género, si no también se interesa por las madres cabeza de hogar que purgan condenas en las cárceles de Colombia incluso con sus hijos, estos niños se desarrollan en un ambiente de restricción y represión en los primordiales años de su vida.
Claudia: Ahora que hablamos de paz y todo eso, florecen muchos feminismos en Colombia  y que habla de género y de política de género pero finalmente, ¿qué es lo que  no se habla respecto a la cárcel y la mujer?
Liliany: Pues a mí sí me parece muy importante, que se hable de la mujer tras las rejas a través de todos los medios que nosotros tenemos a nuestra disposición, que sabemos que contamos con recursos limitados para hacer nuestro trabajo,  pero pues ir haciendo eco; respeto a esta realidad de las mujeres presas, me siento como una golondrina sola hablando de esto. Pero es un tema que necesita ser tenido en cuenta y ser valorado en la importancia que tiene, es gravísimo para esta sociedad de verdad lo que están haciendo con esas mujeres y con sus hijos e hijas,  violándoles absolutamente los derechos fundamentales a esas niñas y esos niños que se supone prevalecen sobre los demás derechos pero que no se cumplen.
Hay niños que pueden permanecer con sus madres en una cárcel pero que tienen unas complejidades muy grandes, porque también pueden haber menores privados de la libertad y su desarrollo psicosocial indiscutiblemente se va a ver afectado,  así tenga la posibilidad de compartir los primeros años con su mama, que son fundamentales, o sea ningún niño debería ser separado de su mamá a esa corta edad.
En la ley, existen formas alternativas a la prisión, pero es que aquí ni jueces ni abogados ni jueces ni defensores han asumido esa tarea desde una perspectiva de género en realidad y eso hace que esas mujeres estén en una cárcel,  cuando podrían estar en otros lugares. La privación de la libertad conlleva realmente a otras cosas mucho más graves.
¿Y cuáles son esas alternativas a la prisión para las mujeres? 
La casa por cárcel es una alternativa, digamos que en un caso donde necesariamente la mujer tenga que ser privada de la libertad,  porque su transgresión a la ley fue grave y que tenga que ser privada de la libertad,  lo mínimo es que pueda tener casa por cárcel para que pueda estar con sus hijas e hijos. En este país en las cárceles no existe la actividad laboral remunerada. Como haces tú cuando eres mamá, tus hijos e hijas dependen de ti, te llevan a la cárcel y además te vuelven improductiva y que no solo te afecta a ti sino a tus hijos e hijas que tienes que abandonar.  Una violación de los derechos de los niños y niñas pero es silenciado. Muchas mujeres feministas ni siquiera se han dado a la tarea de mirar a ese grupo poblacional de mujeres en cárceles que están sufriendo esa grave situación.
¿Existe un censo de la población de mujeres en cárceles en Colombia?
Son como unas 8000 y el 90% con toda seguridad son madres cabeza de familia. Si bien el decir que las mujeres son una minoría en la población carcelaria eso es algo positivo.  Pero también es negativo porque ser  minoría dentro de la población carcelaria,  la invisibilidad aún más y todas las políticas carcelarias son pensadas en masculino. No hay personal formado o preparado, se necesita un vuelco muy grande.
Por ejemplo, se necesita una formación muy grande en justicia de género, para que realmente algunas de esas leyes que se han obtenido gracias a las luchas de muchas mujeres, se hagan efectivas en la vida práctica de las mujeres. Eso también tiene que ver con mujeres que afrontan procesos judiciales, para que tengan una oportunidad de acceder a la justicia prontamente, para que se atiendan sus casos prontamente,  para que se les respete el debido proceso  y que los jueces que las juzguen tengan enfoque de género. Tampoco existe acompañamiento a ningún nivel.
Incluso mujeres juezas que son más drásticas a la hora de imponer una sanción a otra mujer, porque no existe una mirada de género que te haga tener ese enfoque diferencial a la hora de tomar esas medidas,  porque además de ser mujer y ser madre tiene unas implicaciones mucho más serias y más graves que terminan afectando no solo a ellas como mujeres.
Te imaginas toda esa generación de niñas y niños [hijos de las mujeres en cárceles], que además no tienen ningún tratamiento de acompañamiento psicológico cuando son separadas. Los niños quedan fuera de la cárcel, y de los muy poquitos cupos que existen para los que quedan adentro es hasta los tres años. Esas rupturas son devastadoras en la vida de las mujeres y de sus hijas e hijos. Son niños que a futuro seguramente esa situación que vivieron tan grave,  se va a revertir en algún futuro de alguna forma. Cuando llegan a visitar a sus mamás, todo ese maltrato que reciben por parte de la guardia, pero también la ruptura en sí, la ausencia.
¿Tampoco hay un acompañamiento desde el Estado con enfoque de género para las mujeres en situación carcelaria?
No existe un acompañamiento a ningún nivel y si es a nivel de por ejemplo si nos trasladamos al nivel de presos y presas políticas tampoco existe dicho acompañamiento.
También en la realidad de la prisionera políticas es lo mismo, pues así no se crea son madres que han tenido que vivir la misma realidad que comparten con las demás mujeres, las mismas rupturas y también las mismas carencias al momento de defenderse de una realidad entonces existe una carencia de acompañamiento hacia ellas y hacia sus hijos
¿Entonces un proyecto de impacto,  ahora que Colombia va a empezar a construir paz, tendría que mirar directamente a estas mujeres presas y a sus hijos? 
Esto lo he venido proponiendo en diferentes entornos. Porque en cualquier escenario que estemos visibilizamos ésta situación, ese es nuestro trabajo. Nuestra voz, nuestra vivencia y nuestra experiencia y nuestra autoridad moral. Un acto de voluntad política de verdad en el proceso de paz de las Farc seria ver ese grupo poblacional de esas mujeres, mujeres madres cabeza de familia.  A la cárcel también llegan mujeres que están lactantes o en embarazo y muchos lo reducen a eso, si tú vas a examinar dentro de los delitos por los que están estas mujeres casi todas tienen que ver con delitos de pobreza, porque quieren garantizarle comida a su hija, que vaya al colegio, que tenga un vestido.
Entonces por lo general están asociadas a eso, al tráfico o al expendio de drogas  en pocas cantidades o al hurto y si hay otras mujeres que están en delito como homicidio pero está relacionado por un hecho de violencia que ella pudo haber vivido.
¿Las mujeres en situación de consumo dentro de la cárcel, su situación de salud, cómo se refleja en lo que has visto dentro de tu trabajo?
En alguna ocasión escribí de una compañera con la que conviví y compartí una historia de ella, en su vida en libertad, estaba estudiando educación pre escolar por esas circunstancias de la violencia intrafamiliar,  asesinó a su hermano y terminó presa pero no era su vida. Ella no era una delincuente pero termino en la realidad de una cárcel y en la cárcel por el desespero de la ruptura con sus hijas se vuelve adicta a las drogas. La cárcel la afectó. En la cárcel son muy escasos los espacios de un tratamiento penitenciario que tenga en cuenta la situación de consumidoras, Por el contrario, la misma guardia está infiltrada en la venta y en el ingreso de droga, hay personas que ya realmente están enfermas,  están tan afectadas que no deberían estar en una cárcel sino que deberían estar en sitios especializados para el tratamiento de su situación, que conlleva pues a otras situaciones como actos de delincuencia. También hay casos aberrantes de mujeres con enfermedades mentales que no deberían estar en la cárcel porque su tratamiento debería ser completamente distinto. Pero aquí todos revolvemos todo  y todo el mundo quiere más cárcel y más penas.

"EL PROCESO DE PAZ COLOMBIANO.UNA MIRADA DE GENERO HISTORICA".


Socióloga, defensora de derechos humanos, dirigente popular, Liliany Patricia Obando, nos concedió la oportunidad de conversar sobre su cautiverio en la carcel del Buen Pastor.
Nos narra como fue el proceso que la llevo injustamente a prision; como ocurre con tantas personas en nuestro país Colombia.
"Tener una opinión diferente,ser parte de la oposición política, defender y tratar de visibilizar las causas de los excluidos de este país, lo convierte en enemigo del estado, y comienza a ser parte de esas personas que hay que acallar....."
"Fui victima de un montaje judicial, basado en pruebas ilegales vinculadas con la insurgencia para llevarme a la carcel. Estuve 3 años y 7 meses en la carcel por algo que no cometí!. Estar en una carcel colombiana en condición de mujer es muy difícil."
"Las carceles colombianas no están hechas para dar trato humano, son lugares donde todos los días ves como se pisotea la dignidad, Todo esta pensado para anular la persona,maltratarla,hacerla sentir lo mas bajo posible...."
Cafestereo hablo con Liliany, sobre el proceso de paz que se realiza en la Habana Cuba, entre el gobierno y la insurgencia de las FAR-EP.
"Estamos muy esperanzados en que este dialogo llegue a feliz termino. Sobre todo, porque este proceso de paz colombiano es único y sin precedentes a lo que se refiere a otros procesos de paz ya realizados en el mundo; pues este proceso que se esta desarrollando, lleva
en su interior una mirada de genero histórica."

Escuche toda la entrevista aquí.


"Sería imperdonable que un proceso de paz no atravesara la realidad de la cárcel"

"Sería imperdonable que un proceso de paz no atravesara la realidad de la cárcel"


En el caso de prisioneras y prisioneros políticos, que son muchos los que existen en este país, en razón del conflicto, no necesariamente esas personas son alzadas en armas, porque ahí está la gente del movimiento social que ha sido criminalizada en el país y perseguida.
Reportera FIPU
Entrevista a Liliany Obando, socióloga y exprisionera política, feminista y constructora de paz que nos acompaña a realizar un análisis sobre el sistema carcelario en Colombia, desde el enfoque de género, especialmente de las personas que han sido encerradas por rebelión y demás delitos relacionados con el conflicto armado, en otras palabras, prisioneros de “conciencia”, incluso de personas que jamás han tomado las armas para oponerse al Estado.
Liliany se parece mucho a Ángela Davis, y no me refiero a su color de piel –Liliany desciende de indígenas y Ángela de los africanos– sino a su historia, en carne propia tuvieron que enfrentar el castigo de las rejas por pensar diferente y expresarlo.
“Ángela Davis fue encarcelada allá por los inicios de la década de los 70. Su participación activa en el movimiento de liberación negro, sus ideales comunistas y su apoyo activo a los prisioneros políticos de aquella época, sobre todo los de origen afro-estadounidense, la llevaron a experimentar en carne propia las arbitrariedades e injusticias del sistema carcelario. Las dimensiones personal y política de estos sucesos quedaron plasmadas en su autobiografía (Angela Davis: An Autobiography . Nueva York: International Publishers, 1988[1974]). Sin embargo, no fue sino hasta tiempos más recientes que sus ideas más consolidadas en torno a las injusticias que ampara el sistema carcelario han cobrado mayor resonancia. El mensaje de Davis es claro y categórico: las prisiones representan un método eficiente del estado y las grandes corporaciones capitalistas para perpetuar el racismo, el despojo material y la criminalización de la miseria que afectan desproporcionadamente a los segmentos más vulnerables de la sociedad".[1]
Estamos en la Universidad Nacional, el espacio que ella eligió para la entrevista, su espacio de sueños y libertades, de un pensamiento crítico y de construcción de ciudadanía: la academia.
Pensamos en una sección de fotos en los sitios que para ella son emblemáticos e importantes, como la facultad de Sociología tan estigmatizada y perseguida. Me regala un ramo de flores, y es ella quien me invita el café.
¿Liliany, cómo se puede vivir un proceso de paz o una ratificación de acuerdos de fin de una confrontación armada para las personas que están en prisión?
Liliany Obando: Pues mire, el proceso de paz obviamente es una oportunidad única para muchos espacios de las luchas sociales, de la vida social de los conflictos que se viven en nuestro país.
Las personas privadas de la libertad no están ajenas a lo que pueda incidir positivamente ese proceso de paz en sus vidas. En Colombia la realidad penitenciaria y carcelaria es bastante deshumanizante, la cárcel no cumple con los supuestos objetivos de la socialización que debe cumplir, en el caso de las personas privadas de la libertad por circunstancias de tipo social, de la inclusión social, de la pobreza, el hambre, de la exclusión que es lo que sufren casi siempre las personas que encuentras tú en la cárcel.
¿La cárcel está llena de pobres?
Liliany Obando: La cárcel está llena de gente del pueblo y las cárceles, tal cual están pensadas y diseñadas en Colombia, siguen modelos de tortura tipo Guantánamo. Por ejemplo, la cárcel La Tramacúa, aquí en Valledupar, es el Guantánamo de los colombianos, por eso también estamos haciendo una campaña fuerte por el cierre de La Tramacúa; no es posible que haya cárceles donde se tortura gente. Nada en el sistema penitenciario y carcelario será positivo si no va a cumplir de verdad con una labor resocializadora.
¿Todos los presos políticos tomaron armas?
Liliany Obando: En el caso de prisioneras y prisioneros políticos, que son muchos los que existen en este país, en razón del conflicto, no necesariamente esas personas son alzadas en armas, porque ahí está la gente del movimiento social que ha sido criminalizada en el país y perseguida. En Colombia se ha configurado el delito de opinión contra los académicos, los estudiantes, los defensores y defensoras de derechos humanos, líderes campesinos, afros, indígenas.
¿Cómo se acordó en La Habana para que se incluyera a los presos políticos?
Liliany Obando: En este país, en sus tantas guerras que ha vivido en su historia siempre ha habido procesos de amnistías e indultos y no hay ningún proceso de paz que no termine con amnistía e indulto, porque existen presos políticos, así lo hayan negado siempre los gobernantes y las instituciones.
En la época de Uribe, les dio el vuelco y terminaron siendo terroristas, lo cual no corresponde con ninguna categoría que se maneje en el Derecho Internacional o en los Derechos Humanos dentro del conflicto colombiano. Entonces, obviamente, en este proceso de paz se está hablando de amnistías e indultos y afortunadamente se ha firmado ya un acuerdo que existe en borrador, pero ya es un acuerdo pactado entre las partes y crea El Sistema Integral de Justicia, Verdad, Reparación y No Repetición, porque se ha dicho ya que el centro son las víctimas.
Dentro de ese sistema también está pensada una Jurisdicción Especial de Paz donde hay una sala especial para tratar el tema de amnistías e indultos, que sólo tienen que ver ahí con el tema de prisioneros y prisioneras políticos.
Las personas que no han cometido crímenes de guerra, ni graves delitos de lesa humanidad, pues no están permitidos de acuerdo a la legislación nacional de los derechos humanos, podrían ser beneficiarios de estas amnistías e indultos, y lo importante aquí en el caso es que no solo cobijaría a las guerrilleras y guerrilleros sino que está pensado de una manera amplia, porque el conflicto terminó degenerando todo y por eso hay un montón de gente en las cárceles que no ha sido alzada en armas, pero son presas, presos políticos.
La salida también sería para ellas y ellos: los líderes campesinos que en el marco de una protesta campesina terminaron en la cárcel, también serían beneficiarios de las amnistías, esos muchachos estudiantes que fueron también vinculados y criminalizados por la protesta estudiantil, que también sean amnistiados, y eso no implica que ellos se reconozcan como miembros de fuerza insurgente; que eso es lo que a veces la gente no lo tiene claro y piensa que eso significa un reconocimiento automático, no. Lo que pasa es que, pues, en el marco del proceso se han tenido en cuenta esas complejidades y han querido tener como la amplitud.
Creo que más que generosidad es un acto de reconocimiento, que a lo largo el conflicto hizo que haya mucha gente en la cárcel y que lo justo es que la gente que está por esas razones sea beneficiaria de una amplia amnistía. Yo creo que es una oportunidad única y que los líderes sociales no piensen “yo no salgo por amnistía porque eso significa que me asimilo a la insurgencia”, sería un error porque sería quedarse usted en la cárcel y esa oportunidad cuándo vuelve a pasar en este país.
Veremos que esta vez las colombianas y colombianos tengamos buen cierre del conflicto y no estemos dejando puertas abiertas para futuros enfrentamientos armados. Ya sabemos que es lo que trae para el país, entonces yo creo que el proceso de paz si tiene un efecto positivo en la población carcelaria.
¿Cómo te piensas cuando se firmen los acuerdos?, ¿cuándo se ratifiquen, cómo piensas seguir trabajando?
Liliany Obando: Yo pienso que ojalá lleguemos prontamente a la firma del proceso de paz con las FARC, pero que también se dé con las otras guerrillas que faltan. También estoy consciente de que una cosa es la firma de un acuerdo y otra es la paz en sí, y que tenemos que construirla entre todas y todos, creo que ahí vamos a jugar un papel todas las personas que estamos interesadas en que éste sea un país con justicia social.

Una frase: "Sería imperdonable que un proceso de paz no atravesara la realidad de la cárcel".

REFLEXIONES DE UNA EX PRISIONERA POLITICA - DE EXORCISMOS Y RESILIENCIAS-

REFLEXIONES DE UNA EX PRISIONERA POLITICA DE EXORCISMOS 




ESCRITO POR  LILIANY OBANDO
MARTES, 08 MARZO 2016 02:00

REFLEXIONES DE UNA EX PRISIONERA POLITICA - DE EXORCISMOS Y RESILIENCIAS-


Mucha gente me pregunta ¿por qué insistes en seguir atada al mundo de la cárcel, por qué no sencillamente te olvidas de ese capítulo y de esa gente y empiezas a vivir tu propia vida?
  
Mientras reflexiono al respecto, empiezo a recordar la prisión y lo primero que viene a mi mente es la inefable imagen del infierno de Dante. Esas miles de mujeres y de hombres arrojados a su suerte, a una realidad de violencia, de pesadilla, de inhumanidad, de soledades, de olvidos y de mucho dolor.

Dicen que no es lo mismo ser que parecer y así mismo no lo es el haber vivido y conocido el monstruo de la cárcel en sus entrañas, el haber sentido en tu propia piel el averno, con sus propias figuras y figurillas, como describía en su potente testimonio de vida y muerte en prisión, el inolvidable revolucionario comunista Julius Fucick, y el haber sobrevivido a ella sin perder ni un ápice de tus convicciones.

Vienen también a mi mente recuerdos recientes del inesperado y subrepticio ambiente hostil que he tenido que enfrentar en mi nueva vida en libertad: violencia de género, estigmatizaciones, falsos señalamientos y revictimización. Múltiples imágenes ligadas al verdadero rostro de algunas de estasfigurillas, practicantes interesadas de la “solidaridad”, que en realidad la deforman al instrumentalizarla, privatizarla y reducirla al mundo de inaceptables competencias. Figurillas que te quieren fuera de esta lucha por la libertad porque no resultas funcional. Entonces, entiendes que tu compromiso de pronto les ensombrece y que el reto es estar por encima de semejante abyección.

Otras mujeres, en otros tiempos históricos, algunos muy distantes ya, fueron igualmente incomprendidas, tildadas de putas y de locas, de las simples amantes, subvaloradas en razón de su ser femenino, sus voces cuando alcanzaron vida propia fueron desestimadas, consideradas problemáticas, relegadas a un segundo plano, incluso por otras mujeres y sus propios co-partidarios. Algunas de ellas hasta fueron llevadas en razón de sus creencias y sus luchas a la horca, el fusilamiento o la guillotina. Pero ellas ni aún frente al patíbulo se rindieron, jamás fueron vencidas. Fueron mujeres que vivieron fuera de su tiempo y sólo ahora se les da su justo valor.

Y fueron esas mujeres y sus vidas rebeldes las que nos alimentaron moralmente a nosotras las prisioneras políticas, que por aquellos tiempos nos organizábamos en el Colectivo Manuelita Sáenz, mientras estábamos en el encierro. Recuerdo ahora, cuando un día cualquiera nos enteramos del paso por estas tierras de Angela Davis, una de esas mujeres referentes de resistencia. Lamentamos que en su agenda no hubiera habido un espacio para que compartiera con nosotras en prisión. Decidimos entonces enviarle un pequeño saludo de admiración en nombre de nuestro colectivo y sus breves líneas de respuesta fueron importante estímulo para continuar desde nuestra trinchera.

Pienso además en las personas que conocí muchos años atrás, cuando siendo muy joven empecé en la tarea de la solidaridad en las cárceles y en las muchas vivencias que compartí mientras estuve presa, no sólo con otras personas privadas de la libertad sino con sus seres amados. Han sido muchas las personas, mujeres y hombres con sus propias historias que se fundieron con las mías, son los sufrimientos compartidos, pero también los afectos construidos en el fragor del encierro y las convicciones que sumadas nos hicieron invencibles a pesar de los barrotes.

Mi sensibilidad y compromiso con las luchas de nosotras las MUJERES, de nuestro ser diferenciado, de nuestras particularidades, de nuestras propias necesidades, de nuestro sentir femenino, de nuestro derecho a empoderarnos y ser nosotras mismas protagonistas de nuestra historia, también se reafirmó tras mi permanencia en prisión.

Y cómo no hacerlo, si con ellas compartí cada episodio de rabia cuando la guardia carcelaria se ensañaba con nuestras familias; cada momento de profunda tristeza cuando impotentes teníamos que despedir y arrancarnos una y otra vez de nuestras hijas e hijos; cada instante de coraje cuando veíamos rodar las lágrimas en las mejillas de nuestras madres, las que siempre nos brindaron su verdadera e incondicional solidaridad; pero también cada sonrisa cuando compartíamos nuestras historias más íntimas; el sentimiento de alborozo cuando ganábamos pequeñas batallas tras la conspiración en la celda y por supuesto cada momento de alegría cuando alguna de nosotras alcanzaba su libertad con la promesa de seguir luchando por la libertad de todas.

Las prisioneras políticas colombianas cargan sobre su humanidad el peso de una “justicia” y de la prisión como institución que las trata como enemigas. Además comparten con otras mujeres, las presas sociales, la realidad de esa misma justicia que no piensa en ellas en tanto féminas, ni en sus descendencias y menos en aquellas mujeres atrapadas en cuerpos ajenos en cárceles masculinas, las mujeres transgénero. Nada distinto se puede esperar de un sistema penitenciario y carcelario andrógeno que discrimina y excluye a las mujeres tal como lo hace la sociedad patriarcal mayor que las empuja a la trasgresión tras la pobreza y la invisibilización.

Qué mejor fecha que el 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer, para reconocer y honrar a aquellas MUJERES que en razón de su pensamiento, de su nivel de conciencia, y de sus acciones comprometidas en la búsqueda de una patria justa e incluyente han sido privadas de la libertad. Ellas desde allí se organizan, protestan, resisten y anhelan seguir aportándole a un país distinto cuando recobren su libertad.

También es una fecha para reconocer a esas otras grandes mujeres que padecen con sus seres queridos la prisión; a ellas que con su amor a toda prueba hacen más soportable el encierro: las madres, hijas, hermanas, abuelas, compañeras sentimentales. Las he visto bañadas en océanos de lágrimas y del mismo dolor han brotado semillas de resistencia. Las he visto creciéndose en los plantones, en los tribunales, en las marchas, reclamando no ya sólo la libertad de sus seres queridos sino de aquellos y aquellas que la cárcel hizo sus hermanas y hermanos.

Nuestras agendas feministas no pueden estar completas si en ellas no incluimos las demandas de las mujeres privadas de la libertad en toda su diversidad, en especial de aquellas que además son madres y responden en exclusiva por su prole; ni sin la exigencia de una verdadera Justicia de Género, que garantice el oportuno y diferencial acceso a la misma y tampoco lo están si en nuestras acciones no incorporamos la solidaridad para con las miles de prisioneras políticas y la búsqueda de su pronta libertad.

Hoy en nuestro país hay una coyuntura de esperanza con el proceso de paz y en especial con la existencia sui-generis de una Sub-Comisión de género, que debe ser garantía para que nuestras demandas como mujeres diversas puedan materializarse en cada uno de los puntos acordados en la agenda.

Es una oportunidad también única para que miles de mujeres que por razones de pobreza o por sus motivaciones políticas puedan recibir un tratamiento diferencial y benévolo frente a la justicia y para que las prisioneras políticas sean prontamente beneficiarias de la amnistía e indulto que les devuelva su libertad y así puedan aportar de forma constructiva, positiva, con mirada de mujeres y su participación protagónica a la construcción de un país en Paz.

El millón de mujeres convocadas para rodear el proceso de paz, también debe estar al frente del clamor por la amnistía y el indulto para las y los prisioneros políticos.

******
No me aferro al mundo de la cárcel, al contrario, jamás he estado tan convencida de su absoluta inutilidad, pero no puedo ser indiferente mientras la prisión exista y nuestras compañeras y compañeros estén allí padeciendo en condiciones de indignidad.

Todas las experiencias de vida en el encierro, me hicieron crecer como ser humano y como Mujer, y hoy tengo motivos más que suficientes para seguir batallando por su libertad pese a la adversidad.

Tampoco me veo a mi misma haciendo nada distinto de lo que ha sido mi vida militante porque no me arrepiento de ella, al contrario, es ahora cuando debemos sumar esfuerzos y compromisos para alcanzar la Paz con Justicia Social para Colombia. Es una cuestión de consecuencia.
1  Socióloga, Defensora de Derechos Humanos, ex Prisionera Política colombiana.

jueves, 3 de marzo de 2016

TRATOS CRUELES E INHUMANOS EN CÁRCEL DE MUJERES DE BUCARAMANGA



Los ex detenidos/as, amigos/as y familiares de Presos pertenecientes al Movimiento Nacional Carcelario continuamos denunciando las graves violaciones a los derechos humanos que ocurren al interior de las cárceles colombianas por parte de agentes del Estado, en particular por funcionarios de Inpec. En esta ocasión denunciamos hechos que constituyen tratos crueles e inhumanos que abiertamente violan los compromisos internacionales del Estado colombiano respecto al tratamiento a la población privada de la libertad.

Hoy 26 de febrero de 2016, en la reclusión de mujeres de Bucaramanga se presentaron los siguientes hechos:

1. Después de las 8:00 de la mañana, cuando las internas del módulo A habían salido al descanso, se presentó un incendio en el tramo cinco del mismo modulo; desconociéndose  exactamente cual fue su origen.

2. Debido a dicha situación, la guardia dispuso sacar a todas las reclusas de los tres módulos incluyendo a las que estaban laborando en talleres, educativas y otras áreas, dirigiéndolas a la cancha principal del penal para controlar el incendio y contar a toda la población.

3. Por cuestiones de protocolos, procedieron a formar a todas la reclusas para escuchar el pronunciamiento de la directora y la subdirectora del penal,  luego de esto Astrid Carolina Londoño quien es una presa política al igual que otras internas, se dispuso a buscar sombra debido a que el sol era muy fuerte, en ese momento la subdirectora de la reclusión se molestó e inicio una discusión con Astrid Carolina Londoño, reclamándole del por qué no estaba formando, a lo cual Carolina le respondió que padecía de un fuerte  dolor de cabeza que se incrementaba por el posible estado de insolación que iniciaba a registrar.

4. Debido a esta situación la subdirectora MARLENY MAYORGA decide arbitrariamente castigar a la detenida política Carolina Londoño, enviándola al calabozo de manera arbitraria y sin tener en cuenta que ella estaba esperando que la remitieran a audiencia en el palacio de justicia de Bucaramanga en las horas de la mañana, audiencia que fracasó por cuanto el penal no cumplió con la remisión.

5. No es la primera vez que ocurre una situación de esta naturaleza; el MNC ha recibido permanentes denuncias de las detenidas que indican que es sistemático el proceder de la Sub directora Marleny Mayorga, por lo que solicitamos a las autoridades correspondientes adoptar medidas necesarios a efectos de evitar que estos hechos se repitan.
Febrero 26 de 2015